SOLÍS NUNCA AMÓ AL BOXEO COMO QUIEN BUSCA EL ESTRELLATO

Por Andrés Pascual

El hombre que perdió por nocao técnico contra KLITSCHKO, porque su diezmada rodilla no pudo contener su excesivo peso al intentar un sidestep, pudo ganarle al ucraniano aquella noche infausta; pudo, porque el tipo le temió hasta que vio al referí decretar el fuera de combate por obligación, entonces celebró exageradamente aliviado y provocador.

Los ojos no engañan y los de aquel gigante querían salir de sus órbitas durante lo poco del efímero bout, la lesión de Solís, por culpa del entrenador de entonces y de él mismo, que no se asesoró con nadie que pudiera convencerlo del riesgo de subir 40 libras con la rodilla en malas condiciones por otra lesión previa, gracias a su irresponsabilidad como profesional del boxeo, le condujo a pensar en el retiro. Pero, cuando se levantó, aun con la rodilla lesionada, debió intentar seguir, aunque cayera al suelo por la pérdida de equilibrio, el lastimoso cuadro que vimos sucede cuando se permite que el dolor ocupe el lugar del corazón en compañía del hastío y del rechazo al deporte.

El boxeador sin señales preocupantes de daños cerebrales, significativos aunque incipientes, sin afectación del habla, de la vista, de los movimientos, que quiera dejar el ring, nunca amó al boxeo y eso ha decidido la carrera del cubano: no tiene hambre, quizás nunca la tuvo, porque, un boxeador con condiciones, sin motivación por el deporte, no tiene madera de boxeador, mucho menos de campeón mundial y esto no es el amateurismo… ¿ningun hambre ni para que la familia y él mismo vivan con, más que holgura, lujos de millonario? así no se puede en tan peligroso deporte, que cobra arriba los excesos debajo, o la vagancia, el desgano y los yerros ante el entrenamiento.

Este hombre no pudo demostrar que pertenecía a la élite de la división pesada, porque no tuvo valor para enfrentarse a sí mismo y llegar al convencimiento de que podía ser el primero que noqueara al ucraniano, pero no aceptó tan dura pelea, que es luchar contra sus demonios personales; en este caso, un obstáculo para poder desarrollar una carrera realmente brillante, mejor que la mayoría de los boxeadores pesados de la actualidad, me arriesgo y digo que todos.

Es una lástima, pero con 18 días de trainning ¿Quién fue el culpable de la derrota en Turquía por cansancio y baja forma deportiva? ¿Cómo no inventaron algo, cualquier cosa razonable, para detener el pleito antes de efectuarlo, pagar la multa, ACEPTAR LA SANCIÓN y hasta la próxima? Por favor.

La diferencia de edad, favorable a Solís de 34 x 43, se convirtió en sal en agua al llegar sin un ápice de entrenamiento al bout ¿Se extremaron en la confianza? ¿Creyeron que el cubano podía ganarle a Thompson “como subiera”? Si alguien pensó así en la comitiva del criollo, debían suspenderle hasta la licencia de manejar; si fue un sacrificio quién sabe por qué, entonces debían fusilarlo…

La decisión de abandonar de Solís a la altura del 9no fue un castigo, más que a sí mismo, a los irresponsables que manejan tan mal su carrera, digamos que al tal ONERT, a quien se le fue que el criollo “estaba hecho, que era una verguenza para el boxeo cubano y que lo tiraría a los lobos…” la única verguenza, la única profanación de una de las más grandes historias de países de tradición en Fistiana, es que un tipo como esta mequetrefe maneje a un peleador con etiqueta de campeón, este resabio bastardo con licencia, es la peor verguenza que haya tenido que enfrentar el boxeo cubano en más de 100 años de existencia; que maneje y controle los intereses y la carrera de una figura que primetía más, tanto que no era posible cumplirlo cuando este tipo de elemento “anida” tras bambalinas de un pugilista.

De igual forma que los peloteros cubanos triunfan antes de debutar, los boxeadores no acaban de encontrar el trato justo que merecen aunque ganen y ahí está el quid, ninguno está bien orientado para el circuito profesional, ni apoyado por gente con suficiente poder como para reestablecer un orden que se perdió en Febrero de 1962; si no es porque se inclina mucho a la izquierda, es porque recarga la derecha, mientras, poco a poco, el triunfalismo criollo va cediendo a la sorpresa, al excepticismo y a la decepción, porque, no es posible que un SUPERMEDALLISTA caiga y menos como caen, de esto tiene mucha culpa la prensa fanática que escribe en Miami, que no educa sobre la diferencia entre los dos circuitos y sobre la importancia relativa de un galardón olímpico ante una faja de campeón mundial en el profesionalismo, brindándole al fanático, en cada crónica, el recordatorio dañino de la retahíla de inservibles trofeos, que no solo cae mal en el público ajeno, que SÍ conoce las diferencias, sino que crean más expectativa y aplican más presión sobre el atleta.

Igual labor contra el pugilista, con afectación en sus seguidores, hacen cuando elevan al cielo loas inservibles e inmerecidas de trainers que no pueden ayudar a formar a peleadores amateurs como competitivos profesionales, porque no piensan como profesionales ellos mismos. Estos cronistas, tan fanáticos y triunfalistas como el propio público, son los primeros que tienen que aprenderlo todo y, después, poner los pies sobre la tierra…

Es una lástima que Solís no quiera seguir boxeando, en mi caso, porque estuvo fuera de forma, porque no tuvo ni el 1 % del trainning que exigía semejante compromiso, justifico esa derrota, que puede enterrarlo en vida si no quiere seguir… pero, nunca porque el fraude que tiene como “desprotector” lo diga, a continuación, las declaraciones de Onert que he comentado, en ingles:

Promoter Ahmet Oner: Solis is done, a shame for Cuban boxing, I will throw him to the wolves

Lo primero que AHMED ONERT, que tiene el contrato de Solís, debe entender (yo diría aprender) es que nadie puede ganar sin prepararse, ni si boxea contra un cadáver de 3 meses enterrado, pero, por lo que se ve, sabe menos que yo de este trajín y no tiene ningún interés en intentarlo, además de boconear y ofender a un boxeador que no podía seguir; que, sencillamente, porque este tipo no tiene la mínima visión técnica como manager, no podía…entonces contribuyó a destruirlo, que eso ha sido lo que ha hecho.