¿POR QUÉ NO TELEVISARON ROBINSON vs GAVILÁN EN 1949?

nat fleischer, krulewitch y harry markson 1964Por Andrés Pascual

Las guerras entre organismos y asociaciones hicieron mucho daño en los deportes, no como las huelgas provocadas por la mafia del beisbol, aceptadas por el sindicato como el arma que necesitaban para imponerse sin tener en cuenta a nadie, sin considerar a quiénes lesionaban con semejante “gesto” de buena voluntad comunista; porque en la era moderna huelgas, protestas, coacciones…tienen el sello de garantía y el apoyo interesado del comunismo trasvestis.

El grupo “picapleitero” laboral del beisbol americano tampoco se despega mucho del tratamiento diferido que se le da a los padrecitos de MLB.

Nueva York ha sido parte importante del desarrollo antiamericano, comunista, en EUA, hoy más que nunca los neoyorquinos son, junto a California, Maryland, Mass, Illinois y en poco tiempo la Florida, la vanguardia del cáncer que ha mutado en más de 10 grupos destructores, trasvestidos en liberales, socialistas, populistas, nacionalistas…

Sin embargo, es difícil incluir cualquier guerra de intereses en 1949 como resultado del activismo y la agitación comunista en el boxeo, aunque no descarto nada ni meto la mano en la candela.

El 31 de Mayo de 1949, la noticia de que Nueva York y otras ciudades del país podrían verse privadas de ofrecer programas de boxeo sacudió al mundillo del coliflorismo, por la guerra entre las, hasta aquel momento, más poderosas organizaciones que regían el boxeo: la unión entre el Madison Square Garden y el Club Internacional de Boxeo contra la Asociación de Managers del Estado de Nueva York.

La pelea por los derechos de radio y televisión dio como resultado la cancelación de programas en el Garden, la San Nicolás y varios estadios de pelota como Polo Grounds, que sirvieron de escenario a muchísimas de las grandes batallas del ring de la historia.

Del cuartel de la Asociación de Managers salió la orden de prohibir que el grupo Garden-Club Internacional pudiera transmitir por radio o por televisión ninguna cartelera en ciudades que ellos controlaban.

La única pelea que no se afectó fue la disputa por la faja heavyweight, vacante tras la renuncia de Joe Louis, entre Jersey Joe Wallcott y Ezzard Charles,  porque la guerra entre “capital y trabajo” comenzó después de sancionada.

La gente del grupo de la Asociación estaban convencidos de que los representantes de la Combinación negociarían con ellos en base a radio y televisión, pero no a taquilla, porque estaban interesados en ambas fuentes.

Resultaba que la Asociación de Managers se oponían a la cláusula de contrato que le daba los derechos de la programación por ambos circuitos a los promotores de Nueva York, que se oponían a la medida, entonces la Asociación declaró que no se arreglaría nada si no desaparecía la imposición.

Si la cláusula se eliminaba, los managers podrían negociar porcientos en derechos de transmisión, en vez de tener que aceptar la suma que les daban, hasta aquel momento, la ridiculez de 12 pesos para cada boxeador en turno estelar en el Garden por televisión y nada por radio.

Los managers manifestaban que la suma era miserable, porque no podían sufragar los gastos de los peleadores a partir de la merma de la taquilla por la transmisión televisiva.

Harry Markson (foto izq-derecha Nat Fleischer, Krulewitch y Harry Markson en 1965), entonces director de boxeo del Garden, dijo que era imposible que pudieran llegar a acuerdos sobre programación con los managers: “…nuestros accionistas desean protección a largo plazo, es más, los promotores toman la parte financiera más grande, así que tienen el derecho moral y práctico en determinar si el radio y la televisión lesionan sus intereses. Hasta que no termine la disputa no tengo planes para programas futuros”.

Alrededor del 1ero de Junio de 1949, Markson canceló los planes para la pelea entre Robinson y Gavilán, que debió efectuarse en Polo Grounds, más otro entre Enrique Bolaños y Billy Graham.

Cuando el cubano y el americano subieron al ring del Municipal Stadium de Filadelfia la noche del 11 de julio de 1949 para pelear por la faja welter en poder de Robinson, porque los trámites fueron hechos a la carrera, no hubo tiempo ni disponibilidad para que uno de los mejores pleitos en la historia del peso, fuera vista por la pequeña pantalla, situación que también impidió que quedara como regalo perecedero para el fanatismo de generaciones posteriores.

 

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