Peterson-García una decisión que no debería sorprendernos

Photo Credit: Lucas Noonan/Premier Boxing Champions

El boxeo es un arte en donde, un conjunto de habilidades se reúnen para poder apreciar la calidad de un boxeador. Bajo esta óptica, ver en el cuarto round a Danny García reclamarle a Lamont Peterson el hecho de no pararse y no poder golpearle, mostro en su más viva expresión, toda la frustración de un peleador fuerte, pero que únicamente llevó esa cualidad a esta pelea.

Desde antes del inicio de este combate, sabíamos que García era el pegador y Peterson el habilidoso. Hemos dicho reiteradamente que, cuando se dan estas peleas, casi por norma general el hábil termina superando la fortaleza de su rival.

El uso de las piernas, la cintura y en general todo el cuerpo incluyendo por supuesto las manos, son los factores que determinan quién impone su estilo y los resultados, en casi todos este tipo de pleitos, favorecen al que usa sus herramientas con inteligencia…si, porque el musculo más importante que lleva cada boxeador a una pelea en su CEREBRO!!

En ese momento, cuando vimos a García reclamarle a Peterson el no pararse, supimos que Danny estaba quebrado anímicamente. De allí en más, era cosa solo de tiempo para que la habilidad una vez más, superara a la fortaleza.

El desarrollo de esta pelea y su inesperado resultado, es algo que nos puso a pensar casi de inmediato en la Pacquiao-Mayweather. ¿Se atreverían los jueces de ese combate, a dictaminar con ese mismo criterio esa pelea el dos de mayo en el GMM?

Esta pelea la podemos definir en dos etapas muy claras. La primera parte hasta el sexto asalto, vimos no una muestra de las habilidades de Peterson que si las tiene. Por el contrario, lo que observamos fue el cúmulo de las incapacidades de García que mas freso y fuerte, no podía conectar a su rival evidenciando su pobre capacidad en el ataque y peor aún, la carencia de un plan de pelea.

Y una segunda etapa, en la cual, se mostró que cuando a García lo atacaron, fue incapaz de resolver mostrando que no sabe caminar el ring hacia atrás, de la misma manera que no pudo hacerlo hacia adelante. En el décimo asalto sabíamos que lo único que podía salvar a Danny García de una derrota segura era, o un noaut efectivo o la siempre oportuna mano de los jueces.

Estamos convencidos que, ese criterio con el que se juzgo la Peterson-García, no lo podremos ver en mayo ni en ninguna pelea de Floyd Mayweather, Junior. Hemos llegado a pensar, que para las peleas de Floyd se utiliza un criterio que es casi para uso exclusivo para las peles del ‘Money’. Se nos hace imposible creer que Al Haymon, pueda sentir la misma felicidad que sintió, el escuchar las tarjetas de los jueces el sábado pasado en la Pacquiao-Mayweather.

Una vez, conversando con alguien muy ligado al boxeo llegamos a una triste conclusión y es esta. Al Haymon ya tiene en su establo, a los peleadores que están marcados a fuego para hacerlos estrellas, y eso será así contra viento y marea. Por tanto, el hecho de saber que en su nomina tiene cerca de doscientos pugilistas, nos indica claramente que aquellos que no fueron escogidos a dedo para esos fines, serán penosamente usados como ‘carne de cañon’.

Si lo vemos mas positivamente, debemos concluir que Lamont Peterson no salió lastimado y de hecho, fue objeto de una decisión aberrante. Lo que lo califica para ponerlo más adelante como una atracción. Una derrota de García no era lo que estaba programado para que viéramos en esta pelea y eso sencillamente fue lo que Haymon les dio a los fanáticos del boxeo.

Que si es bueno o  malo Al Haymon para el boxeo como ahora algunos se preguntan. Eso, es algo que amerita un análisis aparte y nada tiene que ver con lo visto en este pleito. Hemos visto ese tipo de veredictos, en otros eventos de G.B.P. y T.R. y nada ha pasado. Por eso, sospechamos que esa situación no variará en nada con respecto al boxeo y Haymon.

Solamente, nos hacemos eco de que estas cosas son parece lo más normal en el boxeo. Es el mismo circo, solo que el dueño tiene otro nombre, y de paso, los maromeros y los payasos son los mismos, y somos los mismos los que estamos allí en las tribunas y las galeras.