Bernard Hopkins estuvo jugando con fuego y finalmente se quemó

| December 20, 2016 | 0 Comentarios/ Comments
Bernard-Hopkins-Joe-Smith

(Foto: Tom Hogan / Hoganphotos / Golden Boy Promotions)

Todo ser humano debe conocer sus límites. Bernard Hopkins nunca quiso comulgar con esta aseveración y finalmente pagó un precio muy alto y caro por su arrogancia y su estupidez, porque no se le puede llamar de otra manera el haberse encerrado en un ring con un boxeador 24 años más joven y poderoso que él.

Joe Smith Jr., un joven fajador de 27 años de oficio albañil, finalmente acabó con el mito creado por el propio Hopkins y por los medios periodísticos que tanto adularon a un púgil que ya pasando los 40 años se subía al ring  a derrotar a ineptos disfrazados de boxeadores, muchos de ellos. La fórmula para derrotar a un boxeador viejo, sin importar que tan bueno fue, es presionarlo constantemente y tirándole golpes a dos manos por doquier.

El padre tiempo no perdona. Cronos está invicto. Nadie ha podido derrotarlo en la historia de la humanidad. Lo que no pudo hacer Tavoris Cloud, Sergey Kovalev y otros rivales con pegada durante sus combates con Hopkins cuando este llegaba a los 50 años, lo hizo el albañil Smith.

Hopkins, quien está a un mes de cumplir 52 años, seleccionó a Smith, 22-1, 18 KOs, para su pela de despedida por considerarlo un típico “tirapiedras” de esos que el gran veterano se ha despachado varias veces esquivando sus telegrafiados golpes para después cansarlos y cachetearlos, porque Hopkins hace mucho tiempo que no había noqueado a nadie.

Pero se equivocó con Smith, quien aprovechó la oportunidad de maravilla tirando golpes desde todos los ángulos, mientras acorralaba a Hopkins en las cuerdas lastimándolo con derechas e izquierdas ganándole todos los rounds.

Hopkins respondía con dos o tres golpes que no inquietaban a Smith. De espalda a las cuerdas, el ilustre veterano aferrado sin sentido a una la juventud que ya hace tiempo lo había abandonado, logró escapar varias veces del acoso del neoyorquino, pero no sin antes recibir golpes contundentes en la cara y el cuerpo.

https://youtu.be/DDCZsVUiPAk

Luego llegó el fatídico octavo asalto y Hopkins ya no se pudo escapar. Smith se lo llevó a las cuerdas de nuevo y allí lo tundió a dos manos. Izquierdas, derechas y más izquierdas cayeron sin misericordia sobre la humanidad de Hopkins en muy pocos segundos. El Matusalén del box se cubría como podía y hasta buscó el refugio de las sogas sacando medio cuerpo del ring. Pero ya no habría escapatoria.

Varios violentos golpes, acentuados por una derecha al mentón, sacaron a Hopkins del ring y este cayó estrepitosamente y peligrosamente de cabeza en el piso a un lado de la gente sentada junto al ring. Tenía 20 segundos para regresar por si solo al entarimado, porque de lo contrario se dectretaría el KO.Confuso, diciendo un sin número de cosas, algunas sin sentido, Hopkins no pudo subir al ring ni con la ayuda de la gente de ringside.

Después en los vestidores, todavía confuso, dijo que Smith lo había empujado fuera del ring y que se había lastimado un tobillo y que por eso no pudo regresar al ring. Pero una vez que Hopkins haya visto la repetición del nocaut, sin duda, verá que fueron varios violentos golpes los que lo echaron fuera del cuadrilátero, no empujones como él creía.

Es muy triste para un fan del box ver el fin de una ilustre carrera de esta manera. Fue algo similar a lo que pasó con el gran Joe Louis, quien fue retirado abruptamente del ring por los brutales barretazos de Rocky Marciano, quien, por cierto, también sacó al Bombardero Café del ring cuando este ya estaba boxísticamente viejo. Larry Holmes, aunque no lo sacó del ring, hizo lo mismo con un veterano y acabado Muhammal Ali.

No sé qué es lo que no entienden estos boxeadores viejos. Aunque el box es un deporte, no es un juego. En el box no te dan de baja o te sientan en la banca cuando te haces viejo. Te sientan en la lona noqueado o te sacan de ring. El hecho de que no haya caído noqueado ante Kovalev ya era ganancia. Hopkins allí mismo debería haber recogido sus canicas y hubiera dicho: “Ya no juego, ya me voy”.

No había tenido el gusto de ver pelear al chicano Ronny Ríos. Me impresionó su estilo y su tremenda habilidad para golpear a los bajos en su combate con el también chicano Roy Tapia. El México-americano de California es una seria amenaza para los plumas del mundo.

Deja un Comentario